Hannibal
En primer lugar, si se ha leído la biografía que ya mencioné de Escipión el Africano, éste debe ser el siguiente libro, porque hay una rivalidad -sino entre los personajes históricos allá en el Olimpo- entre ambos historiadores por llevarse los laureles del primer puesto para su protegido. Dodge es un historiador bastante anterior a Lidell Hart, y le recome que su predecesor no haya otorgado el respeto que su protegido, Escipión, se merece.
Dodge es también un experto en cuestiones militares, no sólo como historiador. Su pasión por el antiguo héroe cartaginés es muy evidente, un poco demasiado, no lo digo por quitarle la razón, sino porque no queda muy fino que un historiador se demuestre tan acérrimo. La lectura es llevadera, coge impulso cuanto más cerca de las batallas importantes, allá por la mitad del libro. La primera mitad tiene mucho de explicación sobre cómo eran los ejércitos cartagineses, sus soldados, sus armas, etc, etc, y podo sobre el personaje en sí. Cosa que puede interesar, pero que al lector generalista ya no le resulta fácil de seguir.
Las andanzas de Aníbal por Italia y luego por el norte de África las sigue al autor casi al milímetro. Sólo es de lamentar que, finalizadas las batallas, perdida la guerra contra Roma, se pierdan los pasos de nuestro héroe cartaginés y casi sin despedirse. Yo estaba muy interesado en saber algo de su última etapa de vida, como protegido de no sé qué rey, como mercenario, creo. Aún vivió el hombre bastantes años, y se cree que se envenenó para no ser atrapados por su eterno enemiga, Roma, pero de todos esto no nos dice nada. Habrá que encontrarlo en elguna novela histórica, me temo.