Manuel Chaves Nogales

Juan Belmonte, matador de toros

Esta biografía está contada en primera persona por el gran periodista y escritor andaluz Manuel Chaves Nogales. Uno se asombra ante la nitidez de los recuerdos y experiencias ajenos que imprime en estas páginas el autor, como si fueran suyos auténticamente. Yo ignoraba todo acerca de Juan Belmonte, el gran torero español, sin embargo me acerqué al libro más que nada por la curiosidad que sentía de conocer mejor el ambiente social de España durante esta época. Conocía -eso sí- la merecida reputación de Nogales como articulista, reputación renovada hoy en día. Y no me ha defraudado. El libro, escrito en un español bello y rico, e incluso poético, es una gran obra literaria. Pinta con pinceladas a veces impresionistas y a veces realistas la realidad vital de los españoles de entonces, tanto de las gentes pobres e ignorantes en los barrios de provincias como de los señoritos y empresarios cosmopolitas. Pinta las ansias y pasiones del pueblo andaluz; y sobre ello añade detalles muy jugosos sobre innumerables lugares y gentes. A destacar la cita que hace sobre las calles de Sevilla en contraste con el anonimato que producen las de Nueva York:

"Va un hombre por una calle de Sevilla pisando fuerte para que llegue hasta el fondo de los patios el eco de sus pasos sonoros, mirando sin tener que levantar la cabeza a los balcones, desde donde se sabe que le miran a él (...) es un orgullo ser hombre y pasar por una calle como aquélla y vivir en una ciudad así. // Pero aquí en Nueva York, donde un hombre no es nadie y una calle es un número, ¿cómo se puede vivir?". Con similares notas de genial inspiración describe otras ciudades de Hispanoamérica en los viajes de Belmonte.

Muy gracioso es el comentario que produce al recordar la entrevista que le hizo un impertinente reportero yanqui, incrédulo de ver que el afamado torero era un ser tan enclenque, es decir, que estaba "físicamente arruinado". Le dice Belmonte al intérprete finalmente: "Dígale también que los toreros no tienen que matar los toros a puñetazos, y, por si es capaz de comprenderlo, dígale además, que el toreo es un ejercicio espiritual, un verdadero arte. Y que se vaya."

Una gran biografía, tanto por lo interesante de la materia como por su estilo poético y su español riquísimo y auténtico. El paisaje humano no ha cambiado mucho. Aquí están retratados todos los tipos de españoles, todas las clases, lo bueno y lo malo del alma de esta triste España que hoy no es más que espítitu sin cuerpo.

No es un libro para entendidos del toreo, aunque sí tenga bellas páginas de descripción de la actividad taurina; es un libro sobre la España social de pre-guerra. Hay algo macabro en el "ser español", que se revela quizá mejor en la plaza de toros, cuando algunos miembros de la afición salen desencantados con el torero de turno porque éste ha sobrevivido de nuevo... quizá no haya tentado a la muerte como debiera. Lo recoge bien Chaves en las siguientes líneas: "El público espera del torero ... algo maravilloso y verdaderamente sobrenatural. No basta quedar bien. (...) Creo que ni el mismo público sabe lo que espera de estas corridas."

Los españoles somos el pueblo cainita por excelencia (véanse las riñas entre monarcas hispánicos anteriores a los Reyes Católicos, o las peleas entre españoles de distintas procedencias peninsulares en tierras americanas, o las guerras carlistas del XIX, y así hasta hoy). Y si tenemos toros quizá sea para distraernos de esos impulsos fratricidas o, quizá, para fantasear con ellos.

NINOTCHKA,

O EL DISCRETO DESENCANTO CON EL SOCIALISMO 

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On Cuba's Revolution:

"The revolution was a cover for committing atrocities without the slightest vestige of guilt ... we were young and irresponsible. We were pirates. We formed our own caste ... we belonged to and believed in nothing -no religion, no flag, no morality or principle. It's fortunate we didn't win, because if we had, we would have drowned the continent in barbarism."

Jorge Masetti, In the Pirate's Den

España [por el contrario de Estados Unidos] se ha ido configurando, siglo a siglo, como una sociedad herida por la envidia, en la que todavía hacer demagogia con la pobreza rinde réditos electorales y donde los que han tenido o tienen grandes riquezas -tanto los progres como la iglesia católica– no pocas veces predican la solidaridad con el prójimo a la vez que protegen sus patrimonios nada desdeñables en SICAVs, algo, dicho sea de paso, bastante lógico tal y como está el panorama fiscal.”

César Vidal en su artículo Las razones de una diferencia en Libertaddigital.com

2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles.

3.1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

'The Pale Maiden'
"Thus heaven I've forfeited,
I know it full well
My soul, once true to God
Is chosen for hell."

by Karl Marx

from Richard Wurmbrand´s book on Marx

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